Amarillo. Azul verde. Violeta. Rojo … Junta todos los colores que puedas imaginar y obtendrás … Kinsale, uno de los lugares más pintorescos y coloridos de Irlanda.
No lejos de la hermosa Cork, la ciudad irlandesa sorprende a primera vista. Cada rincón del hermoso casco antiguo de Kinsale es una invitación a fotografiar. Ya sea un lugar pequeño, una casa privada o un agradable desayuno.
Con el tiempo, la pequeña ciudad de poco más de 5.000 almas ha merecido comparaciones con la italiana Burano.
Una cosa es cierta. Si se encuentra paseando por el centro historico de Kinsale, difícilmente se quedará con hambre. A pesar del pequeño tamaño, de hecho, las ofertas son realmente numerosas y variadas.
Kinsale se encuentra en el condado de Cork, a poco menos de 30 kilómetros al sureste de Cork. Desde este último, puede llegar a Kinsale en coche, en aproximadamente media hora por la R600.
Por otro lado, quienes deseen utilizar el transporte público pueden optar por el autobús 226, con salida desde la calle Clontarf. Hay viajes diarios hacia / desde Kinsale, con un tiempo promedio de viaje de aproximadamente 50 minutos.
En verano, la ciudad es literalmente asediada por turistas y, en consecuencia, las plazas de aparcamiento son escasas. Por este motivo, el autobús podría ser la solución ideal.
A pocos minutos de la estación principal de autobuses, puede caminar por Main Street y Market Quai. A lo largo de estas dos arterias principales de la ciudad, puede admirar las casas y edificios más coloridos y pintorescos de la ciudad.
Un verdadero arcoíris de colores.
Es justo a lo largo de Market Lane, con el famoso Milk Market Café, que puede comenzar su recorrido fotográfico, admirando las coloridas casas del centro historico de Kinsale; tal vez comenzando con un excelente «fish and chips» servido en el restaurante (COVID permitiendo), o de Dinos, una auténtica institución por estos lares.
La tienda Stone Mad es otra fuente de inspiración para las fotos y selfies habituales.
También puede inmortalizarse en una de las muchas puertas coloridas en Main Street.
Y, mientras lo hace, puede darse un chapuzón en la historia de Lusitania en el Museo Regional, cercano. Una ruta corta pero interesante, con entrada gratuita (se puede hacer una donación a voluntad, más bien bienvenida).
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