Si no quiere frenar su impulso descontrolado de comprar y el deseo de hacer negocios, no puede perderse una visita a El Rastro, el histórico mercadillo de Madrid. Es un reino real de negociación. Todos los domingos encontrarás la mitad de la ciudad que invade el área entre Plaza Tirso de Molina, Calle de Lavapiés y Calle Toledo.
Hay una larga historia y tradición literaria que une a Madrid con este mercado histórico, uno de los más antiguos de Europa. Una ordenanza de 2000 lo declaró Patrimonio Cultural del Pueblo de Madrid. De hecho, El Rastro es considerado por Madrid como una especie de institución, gracias a su aspecto natural, espontáneo y desordenado.
Hay una verdadera multitud; gente en todas partes y cientos de puestos. La reputación internacional es tal que, en un domingo, se pueden registrar 100.000 visitantes. Cifras para decir lo menos impresionante. Vende un poco de todo: desde ropa de segunda mano hasta joyas hasta productos tecnológicos usados. Aquí se aplica la regla universal de que no hay nada que no se pueda vender.
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El Rastro es famoso sobre todo por las antigüedades. El aspecto de este mercado, tan natural, espontáneo y desordenado, es el del pasado. Recomendado no solo para hacer negocios, sino también para una simple caminata durante sus vacaciones en Madrid. Otra curiosidad está vinculada al nombre del barrio; parece que los animales de los viejos mataderos dejaron el rastro de sangre en el que dejó el rastro de sangre.
El mercado tiene lugar en el centro, en una zona de fácil acceso a pie y en transporte público.
Con el eficiente metro de Madrid, puede usar la LÍNEA 5, bajando en las paradas Latina y Puerta de Toledo. Con la línea 1 se baja en Tirso de Molina, mientras que con la línea 3 se baja en la parada Embajadores. Alternativamente, puede usar los autobuses 17, 33, 35, 41, 60, 148 y Circular.
No se recomienda viajar con su automóvil en la ciudad.
El Mercado tiene lugar todos los domingos y festivos, de 09:00 a 15:00. No hay un orden preciso en la disposición de los puestos. En general, los artesanos se centran en la Plaza de Cascorro, una de las zonas más populares y concurridas. Especialmente por turistas. Hay, entonces, algunas calles «temáticas», que conservan el antiguo nombre; Este es el caso de la Strada dei Pittori, o la de Uccellai, donde una vez se vendieron aves.
¡El mundo entero es país! Los carteristas, aquí, como en otros lugares, siempre pueden estar al acecho. Con las precauciones y precauciones necesarias, no tendrá preocupaciones particulares. Carteras y bolsos, siempre vigílelos.
Después de pasear por El Rastro, como buenos madrileños, recomendamos una parada en Plaza Cascorro o Ribera de Curtidores. Las tapas por aquí son un verdadero ritual.
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