El Parque Nacional Calanques es uno de los lugares más fascinantes y evocadores, a las afueras de Marsella.
Una verdadera joya natural creada con el objetivo de preservar la vida silvestre y el hábitat natural.
Las Calanques son el lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Para aquellos que deseen alejarse del bullicio de la ciudad (no muy lejos de aquí, entre otras cosas).
Establecido solo en 2012, es el Parque Nacional más joven de Francia. Hoy en día, hay 11 en total en todo el país.
Además de las numerosas especies protegidas (hay al menos 140 de ellas), podrás admirar extraordinarios acantilados y acantilados con vistas al mar, entre aguas cristalinas y mar turquesa.
Un lugar lleno de historia, gracias a la presencia de numerosos yacimientos prehistóricos, naufragios y cuevas bastante antiguas.
Hoy, gracias a su extraordinario patrimonio cultural y paisajístico, sus diferentes hábitats y su increíble biodiversidad, el Parque Nacional Calanchi es uno de los espacios naturales más bellos del sur del país.
El lugar ideal para relajarse, pero también para los amantes de las actividades y los deportes extremos. Realmente hay para todos los gustos: desde escalada, rutas de trekking, excursiones y paseos en kayak.
El acceso al Parque Nacional de Calanques es totalmente gratuito y no existe ningún tipo de entrada.
Se exceptúan los tours privados, los paseos en barco y las excursiones que impliquen costos, donde se indique.
El sitio está abierto todos los días del año, de lunes a domingo, las 24 horas del día.
El Parque Nacional es un área protegida y es obligatorio mantener un comportamiento adecuado al lugar.
Es fundamental equiparse de la mejor manera, teniendo en cuenta que no hay baños ni actividades comerciales en todo el recinto. Las playas no están vigiladas y carecen de todos los servicios.
Siempre usa zapatos cómodos: realmente caminas mucho.
No te falte en tu mochila una botella de al menos 2 litros de agua, comida suficiente, cremas y protectores solares.
Es preferible utilizar el transporte público para llegar al Parque Nacional
La mejor época para admirar la flora y la fauna es en primavera y otoño, cuando las temperaturas son realmente agradables.
Si quieres combinar un chapuzón en alguna de sus calas de renombre (Sugiton, Maseillevevre), julio es la mejor época. Eso sí, ten en cuenta que en pleno verano y los fines de semana, las calas están literalmente asediadas por turistas.
De junio a septiembre, debido a las condiciones meteorológicas y la alta probabilidad de incendios, el acceso al Parque está regulado mediante señalización específica, que se puede consultar en la web oficial.
Antes de visitar el sitio, es bueno actualizarse a través del portal oficial.
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