Saber. Vivir. Amar.
Cualquiera que haya puesto un pie en Vilna sabe muy bien que un viaje a la capital lituana se queda en su corazón. Y el recuerdo es tan hermoso que inmediatamente quieres volver.
Para los que no han pisado nunca allí, sólo un consejo: reservar el primer avión a Lituania; un destino, además, realmente barato.
Una ciudad verdaderamente hermosa, hospitalaria, con muchos lugares de interés. El centro histórico, suntuoso y fascinante, es uno de los sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Aquí coexisten muchos estilos y arquitecturas, desde el barroco hasta el art nouveau y el clásico.
Y luego están las iglesias. Tantos. Muchos, y hermosos. Dispersos en cada esquina
No una, sino muchas almas.
Esta es también una ciudad universitaria. No hay escasez de entretenimiento y vida nocturna. Los habitantes son amables y muy hospitalarios. Además, hay muchos espacios verdes, ideales para relajarse o, tal vez, echar un vistazo a la ciudad.
Teniendo en cuenta las distancias desde Europa occidental, la mejor forma de llegar a Lituania desde esta última es en avión.
Rápido y barato, el avión es la solución recomendada.
El aeropuerto internacional se encuentra a tan solo 6 kilómetros del centro, desde el cual está bien comunicado por transporte público. Es uno de los puntos de referencia en las conexiones con los países bálticos.
Desde el aeropuerto, puedes llegar al centro en tren. ¡Un billete cuesta sólo 0.80€! Alternativamente, en el exterior hay multitud de taxis que, por 10€, te llevan a la ciudad.
Información y enlaces desde aquí.
La estación central de trenes se encuentra al sur de la ciudad, no lejos del centro histórico.
El edificio bastante moderno está equipado con todos los servicios esenciales.
Las únicas conexiones internacionales se limitan a Bielorrusia (Minsk).
Más que para llegar a Vilnius, el tren representa una solución para moverse por el país. Para Kaunas, se tarda menos de 2 horas en llegar. Casi el doble, sin embargo, para llegar a Klaipéda.
La llegada en coche es especialmente recomendable para quienes vienen de los vecinos Bielorrusia, Estonia y Letonia.
Desde la Varsovia polaca hay que recorrer unos 440 kilómetros.
Desde Kiev, las distancias empiezan a ser problemáticas: más de 700 kilómetros desde la capital ucraniana. Desde Praga, son más de 1000 kilómetros.
La red de carreteras es bastante buena. Se recomienda especial atención cuando se viaja en coche en invierno.
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