¡El corazón palpitante de la veracidad napolitana!
Muchas veces pasamos de paso, cuando pretendemos llegar a las calles del Centro.
Sin embargo, aunque sea de pasada, es poco probable que permanezca indiferente ante el histórico mercado de Pignasecca.
Un lugar que representa el alma y la esencia del pueblo napolitano.
Los mil colores. Su vivacidad. Energía auténtica y genuina. La charla continua e impávida de vendedores y personas.
Pero también el caos y el desorden que impera, al igual que el contexto urbano que la rodea.
Pero esto también es Nápoles.
Solo necesita mirar hacia arriba para encontrar evidencia del pasado glorioso. Pequeñas joyas más o menos escondidas: iglesias, antiguos hospitales… y este antiguo mercado, cuyos orígenes se remontan a muchos siglos atrás.
Escribieron versos de este lugar (Matilde Serao), escribieron canciones (Pino Daniele o Raffaele Viviani) y filmaron videoclips (Edoardo Bennato). El encanto se ha mantenido inalterable a lo largo del tiempo. Pero, sobre todo, los sabores. Porque, por estos lares, es fácil dejarse llevar por la exaltación de los hidratos de carbono.
Photo ©, IlSistemone
El mercado de Pignasecca se encuentra en el centro, no lejos de la céntrica Via Toledo. Está bien comunicado por transporte público.
Se puede llegar con el funicular de Montesanto y la línea Cumana. Además, la línea 2 del metro de Nápoles no está lejos
Bienvenido al reino de la comida callejera, se podría decir. El mercado es una auténtica explosión de olores que invaden cada neurona del cerebro. Olor a postres, invitando a pizzas (sobre todo fritas) y pescados. Difícil de resistir.
Además, los precios son realmente asequibles.
Este es el lugar ideal para degustar el auténtico «cuoppo», también conocido como cuppetiello, servido en dos versiones diferentes dentro de conos de papel paja (ideal para comidas grasosas).
Puedes probarlo en la versión “tierra”, con Crocché, verduras fritas rebozadas, flores de calabacín rellenas, tortillas de pasta y más. O en su versión marinera con anchoas, bacalao, pulpitos, calamares, pizzas de algas… todo estrictamente frito.
¡Una «bomba» calórica que requiere caminar mucho para ejercitarse!
El mercado está abierto todos los días, generalmente, a partir de las 07:00 horas y hasta la hora de cierre de los expositores, sobre las 20:00 horas.
Las aceras desaparecen literalmente de la vista, dando paso a los numerosos puestos que ocupan todo el terreno.
¡Durante la hora pico tendrás que abrirte camino entre la gente!
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